La victoria de Argentina sobre Francia debería atraer a algunos agnósticos a la religión de este deporte. Lo siento mucho por los franceses, pero ¡qué bonita fue la victoria de Argentina del pasado viernes frente a Francia! Un tenso 12-17 en el marcador. En la inauguración del Mundial de rugbi, en París, el capitán Agustín Pichot, Ledesma, los hermanos Contepomi y compañía mostraron su condición de aspirantes para esta Copa del Mundo. Claro que los Pumas habían ganado en cuatro de los últimos cinco encuentros a los Bleus, pero resulta que el juego precioso y delicado de los franceses --esos balones a la mano tan versallescos-- ha puesto muchas esperanzas en este torneo para reivindicarse.Entretanto, mientras Nueva Zelanda y Australia abusan de sus adversarios, mientras Francia busca soluciones y su entrenador Laporte se decide a poner de entrada a Michalak y Chabal, la victoria de Argentina debería servir para atraer a algunos agnósticos a la religión del rugbi.
Este es un deporte que cuenta con un número constante de aficionados, pero necesita más. Somos los que seguimos diciendo por error "el Cinco Naciones" cuando queremos referirnos al actual Seis Naciones; los que alguna vez nos hemos comprado la camiseta de los All-Blacks; los que sabemos quiénes son los springboks y los wallabies, y el pase hawaiano; los que admirábamos la tranquilidad de Serge Blanco, o el ritmo que imponía Tim Horan, o nos llevábamos las manos a la cabeza al contemplar las cabalgadas de Jonah Lomu (búsquenlas en Youtube, verlas de nuevo es el mejor homenaje); somos los que nos emocionamos al escuchar los cánticos de los aficionados ("Ireland, Ireland, together standing tall..."); los que alguna vez hemos saltado a un campo, corriendo la línea o metidos en el secreto de una melé. Lamentable por cierto la fiesta inaugural, ¿Qué hacian esos personajes de colorines disfrazados de quien sabe que y dando saltitos?.Este nuevo Mundial promete mucho espectáculo. Desde hace unos años la ideología amateur que siempre había dominado el rugbi ha dado paso a una competición de altísimo nivel --y a fe que incluso los románticos de este deporte lo agradecen--. Como prueba, el palmarés del torneo: desde que empezó la Copa del Mundo, en 1987, la han ganado Nueva Zelanda, Australia (dos veces), Suráfrica e Inglaterra. ¿Quién se lo llevará este año? Las apuestas están muy abiertas y repartidas.Para que lo podamos comprobar, Canal + y Canal Deporte ofrecerán todos los partidos, pero recomiendo a neófitos y aficionados que no se queden en casa. Busquen un buen local en su barrio --desde que las líneas aéreas de bajo coste nos traen británicos cada fin de semana, la ciudad se ha llenado de pubs-- y tomen unas pintas mirando los partidos junto a los devotos del rugbi. Uno empieza aprendiendo qué es un ruck, o un tackle, o quién juega de medio melé y quién de zaguero, y termina cantando sus canciones. Piel de gallina.Además, se produce esa situación maravillosa que es poder decidir a tus anchas qué equipo vas a animar. El rugbi es el deporte más democrático. Los amantes de las rarezas pueden brindar por países como Tonga, Samoa o Fidji. Los letraheridos deben saber que en Argentina juega un Borges. Los anglófilos, con Wilkinson dudoso, se entregarán a las carreras elásticas de Jason Robinson. Yo seguiré fiel a Irlanda: en los últimos tiempos, Wallace, O'Driscoll y su gente me han dado buenas alegrías. Si existen los tréboles de cuatro hojas, ¿por qué no pueden ganar ellos un Mundial?.
lunes, septiembre 10, 2007
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1 comentario:
Estos franceses son unos moñas, vaya mierda de espectaculo, moñas, mas que moñas......
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