sábado, octubre 20, 2007
Francia se arrodilla ante los Pumas
Los Pumas cerraron su participación en el Mundial de rugby de Francia conquistando la tercera posición, una guinda en el histórico pastel argentino que culminaron con una nueva humillación a los "bleus" (10-34) en un bronco partido. Tras haberlos bajado del palco de los favoritos con un triunfo en el partido inaugural, los Pumas les privaron también del podium y, de paso, demostraron una vez más que son dignos de tener un cubierto en la mesa de los mejores del mundo.El broche de bronce de la generación dirigida por Marcelo Loffreda ya tiene un lugar de oro en las páginas del deporte argentino. Por segundo Mundial consecutivo, Francia acaba cuarta. Y una posición de indeseables en las del rugby francés, a los que han derrotado en cinco de los últimos seis partidos que han jugado.Los "bleus" saltaron al campo espoleados por el deseo de venganza, de revancha de un partido inaugural que se les aparecía como un agravio dentro de la decepción que se ha convertido para ellos el Mundial. Visiblemente acelerados, los galos tomaron pronto el control del partido a lo que también contribuyó la imprecisión de los Pumas, incapaces de sacudirse a sus rivales.Elissalde adelantó a su equipo en un golpe de castigo a los 18 minutos pero ahí se detuvo el marcador galo. Primero empató Felipe Contepomi de una penalización a los 20 minutos y ocho más tarde, él mismo consiguió un ensayo en una bonita combinación que desarboló la resistencia francesa. Marcó la transformación.Una falta de entendimiento en la defensa francesa permitió a Hasan Jalil conseguir el segundo ensayo entre una nube de defensores. Felipe Contepomi volvió a transformar y colocó un 3-17 que sonaba a humillación francesa. El juego se endureció más aun y el primer tiempo acabó en medio de una batalla campal que el colegiado neozelandés no supo detener, hasta que se vio obligado a expulsar diez minutos a Ibanez y a Álvarez. Agulla culminó a los 53 minutos una jugada rápida. El cuarto ensayo fue obra de Ignacio Corleto tras una larga carrera en la que se cruzó todo el campo. Poitrenaud marcó el ensayo de la vergüenza, pero todavía Felipe Contepomi tuvo tiempo de lograr un último ensayo.
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