Drogas, sexo, insultos, humillaciones... El fútbol australiano ('footy') y el rugby, los deportes más populares entre los 'aussies', están sumidos en una espiral de escándalos y episodios bochornosos que han llevado a sus estrellas a aparecer más en las páginas rosas de los diarios y en los programas de cotilleos que en las crónicas deportivas.El último caso concierne a una de las figuras de los Eagles de fútbol australiano, el ex MVP Ben Cousins, quien acaba de ingresar en una secreta clínica de rehabilitación en Malibú para curarse de su adicción a la metanfetamina, un potente estimulante con efectos devastadores para el cerebro.
Cousins seguirá durante 60 días un programa que ha pagado en gran parte su propio club. Aunque éste no es un caso aislado, ya que otro compañero está siendo investigado por la policía por una grabación telefónica con un traficante y otros nueve jugadores de la Liga de 'footy' han dado positivo, según la AFL, en este último año.A las drogas se unen escándalos de otras índoles como el que ha salpicado a la estrella de los Bulldogs, Sony Bill Williams, que fue pillado 'in fraganti' mientras mantenía relaciones en un lavabo con una surfista de elite que compite en el circuito femenino del 'ironman', Candice Falzon. El jugador admitió haberse emborrachado en el hotel de concentración del equipo, aunque aseguró que no recuerda nada de lo sucedido después debido a su elevado estado de embriaguez. El caso es que la aventura fue grabada a través de un teléfono móvil y ya está colgada en internet.
La enésima polémica tuvo lugar el pasado lunes, cuando la estrella de rugby Willie Mason tuvo que pedir disculpas públicamente a una reportera tras haberla “humillado” mientras intentaba realizar su trabajo. Michelle Keighran, quien comenta la Liga para la emisora de radio 'Sydney 2GB', aseguró que Mason se comportó de forma “inmadura” al rechazar ser entrevistado en el aeropuerto de Sydney e impedirle después entrevistar a otros miembros del equipo. “Me despreció como mujer ante un grupo de jugadores”, relata.Estos últimos escándalos son sólo un ejemplo más de los muchos que salpican a las figuras del deporte 'aussie'. La AFL está investigando la denuncia del centrocampista de los Dockers, Des Headland, por haber recibido insultos de Adam Selwood (West Coast) referentes a su hija de seis años durante un partido el sábado. Y son legendarios los episodios que protagonizaron en su día Peter Filandia (Port Melbourne), al morderle los testículos a un jugador rival, y Daniel Chick (Hawthom Hawks), que decidió amputarse un dedo en el que padecía una lesión crónica y que le hacía peligrar su carrera
domingo, abril 22, 2007
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