miércoles, agosto 05, 2009
Nueve meses de sanción para Lipman, Crockett y Higgins
El rugby inglés anda metido en problemas. Apenas quince días después de la sanción sufrida por Tom Williams, jugador de los Harlequins que fingió una lesión, Michael Lipman, Alex Crockett y Andrew Higgins, los tres ex jugadores de Bath que se negaron a pasar un control 'anti droga', han sido sancionados con nueve meses alejados de los terrenos de juego por su negativa, a pesar de afirmar que eran inocentes y que no habían consumido cocaína. En principio la Rugby Football Union (RFU) les impone la sanción por un cargo de mala conducta, ya que la acusación por supuesto consumo de cocaína fue desestimada al principio del proceso. El abogado quiso hacer hincapié en esta circunstancia dejando claro que los jugadores no tomaron cocaína y que no han sido sancionados por esto, sino por negarse a pasar el test. Respecto a las sanciones, la federación inglesa manifestó su postura. "El Comité Disciplinario de la RFU no tiene ninguna satisfacción en imponer su sanción debido a que los jugadores involucrados son jóvenes decentes. Si los tres hubieran realizado los controles, no habría razón para suponer que los resultados no serían negativos y no se habríán tomado acciones".La sanción pudo ser mayor incluso, pero la RFU tuvo en consideración la carrera de los tres jugadores. "El punto inicial es una suspensión de 15 meses, pero la misma ha sido reducida por el buen carácter y la preocupación que mostraron los tres jugadores ante los consejos que recibieron", afirmó Jeff Blackett, encargado de llevar este incidente. Los tres jugadores, que tienen catorce días para apelar la decisión y que podrán volver a jugar al rugby el 28 de febrero del próximo año, decidieron abandonar el Bath el pasado mes de junio de forma voluntaria tras una investigación interna del club inglés al evitar varios controles y antes de enfrentarse a una sanción disciplinaria por los controles evadidos.Los incidentes se desencadenaron a raíz de que varios jugadores del equipo inglés se vieran implicados en una pelea en un pub londinense el día después de su eliminación en la semifinal de la Premiership inglesa. Los periódicos insinuaron que se habían consumido drogas en la fiesta de final de temporada y a raíz de ello la RFU decidió abrir una investigación que ha acabado con esta sanción.
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