La Guardia Urbana de Barcelona no dejó celebrar el tercer tiempo, una tradición del rugby en la que ambos equipos celebran un ágape después del tiempo reglamentario, en el encuentro de Primera División entre el València Rugby Club y el Club Natació Poblenou-Enginyers Rugby que se celebró el pasado sábado, ya que en el establecimiento anexo al campo no estaba permitido ni comer ni beber. Entre los presentes, se encontraba el presidente de la Federación Española de Rugby, Alfonso Mandado, que "alucinó" con lo ocurrido, en palabras de Jordi Homs, portavoz de todos los equipos de Barcelona.
El viernes, los miembros del club local ya recibieron un notificación de los servicios jurídicos del Ayuntamiento que les requería no celebrar el tercer tiempo, a lo que Homs considera una "persecución" al progreso del rugby en la ciudad y una treta para desviar los verdaderos problemas del rugby en la ciudad, que no son otros que "la falta de campos, ya que sólo hay dos en toda Barcelona con las medidas reglamentarias, y la poca capacidad de gestionarlos", según el portavoz. Los seis clubes que compiten con licencia en Barcelona han eloborado un manifiesto de protesta que ayer presentaron personalmente a los resposanbles del Ayuntamiento. Se personaron a las 17:00 en la Plaça Sant Jaume con una hoja con once puntos en los que, entre otros aspectos, reclaman "la voluntad de seguir perseverando intactas la filosofía, las tradiciones y el deporte del rugby para las presentes y futuras generaciones".
En este 2011, curiosamente, se cumplen 100 años del primer partido de rugby jugado en Barcelona. En mayo se celebrarán la efeméride en la que todos los clubes estarán presentes, aunque la Guardia Urbana ha logrado que se unifiquen antes de tiempo.
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