sábado, febrero 14, 2009

Gales gana a los puntos una batalla épica

Al minuto Armitage lanzó un drop. El propósito no era anotar, era marcar el terreno, advertir a los galeses "estamos aquí chicos, hemos venido". Sin embargo Gales hizo caso omiso al mensaje y a los 3 minutos Stephen Jones pasó el primer golpe para Gales. Una patada en la cara de la delantera inglesa que formaba bajo palos. Rozaron el ensayo, el 3-0 era un mal menor. A los 6, Halpenny erraba otro golpe. Los dragones tenían la bola e iban al cuerpo a cuerpo sin remilgos. Powell tocaba a zafarrancho. El ritmo era frenético, las percusiones salvajes, las entradas al ruck sobrecogedoras. Gales no sacaba la bola del campo, no dejaba respirar a Inglaterra. Se iba a buscarlos a su campo. Pega, corre, pega, corre, pega, percute, placa, choca, empuja... A los 15, un asfixiado Tindall bloqueaba una bola abajo para darse un respiro. Antijuego y sin bin. Stephen Jones, 6-0. Dos minutos después Sackey, vedette de la línea inglesa, salía despedido cinco metros atrás en un placaje feroz galés. En la melé las agarradas eran de época entre los primeras donde Vickery lo pasaba mal ante el rocoso Gethin Jenkins. Minuto 20, golpe de Halfpenny. 9-0. Mediada la primera parte, no había noticias de los ingleses en campo galés. Sobraban 50 metros de campo. Y entonces Inglaterra demostró el peso de su camiseta. El orgullo de su escudo, el honor de llevar la rosa en su pecho. Una jugada eléctrica levantada presta en segunda fase derivó al lado abierto donde Andy Goode se inventó una patada a la espalda del zaguero a la que acudió Sackey como un kamikaze para posar el primer ensayo del partido. 9-5. Y con uno menos... Llovía menos cuando Tindall regresó al campo con 9-5. Gales tomaba resuello cuando Goode volvía a sacarse de la chistera otra obra de arte: un drop esquinado y diagonal. Cada vez que Inglaterra se ahogaba, aparecía Goode, perro viejo. Gales ponía ritmo de 1.500 a un maratón. El parte de guerrra se conocería mediada la segunda parte. Más madera.. ¡60 placajes ingleses! Gales atacaba en aluvión, Inglaterra se mantenía viva con un directo y un croché. Olía napalm.De la segunda mitad salió Gales rabiosa. Halpenny dio con el intervalo y encontró una autopista hacia el ingoal inglés hasta que apareció Goode, otra vez Goode. Lo placó y le impidió liberar en abajo. Sin bin y patada adentro de Stephen Jones. 12-8. Sin Goode en el campo, brújula y bazoka, Gales aceleró el juego buscando una grieta en el lado abierto. Y la encontró Halpenny, el nuevo Shane Williams. Posó y luego convirtió. 17-8. A campo abierto, con uno menos, los riñones tocados y los pulmones secos, INglaterra sufría una tortura. Holocausto caníbal. El medio melé inglés comenzó a limpiar rucks, señal inequívoca de que su delantera se desangraba. Johnson ordenaba esconder la almendra en la melé en un partido apocalíptico. A los 53 minutos un fuera de juego de la castigada delantera inglesa terminó en golpe de Stephen Jones. 20-8. Inglaterra volvía a tambalearse cuando Delon Armitage, el genio de Trinidad y Tobago, rompió por el intervalo posando entre palos. ¡Inglaterra siempre vuelve! Ensayo y conversión de Flood. 20-15. El espíritu solidario de su defensa y los chispazos de calidad de sus tres cuartos le salvaban la cara. Capello habría estado orgulloso de Inglaterra. Y Menotti de Gales. Jono trazó un plan hasta final de partido: trivote de centros atrás (Flutey, Tindall y Flood) y pelota a la melé para cortar el ritmo vertiginoso de los galeses. La batalla buscaba vencedor. Un ensayo valía a los de la Rosa. Restaba un cuarto de hora y la pelota era inglesa (57% posesión inglesa) en la segunda mitad. Tyson había pegado mucho y bien, pero Ali revoloteaba a su alrededor amenazante. A diez minutos del final Tom Croft, uno de los pujantes e indisciplinados delanteros ingleses, entró por el lateral. Stephen Jones. 23-15. Fuera de la distancia de pegada de Inglaterra. Minutos después Ryan Jones fue atropellado por el maul inglés quedando atravesado en mal sitio. Golpe de Inglaterra. Fallo de Flood. Ahí sucumbió el imperio. El final fue épico. Mientras el Millenium entonaba el Tierra de mis Padres los jugadores daban la vida en cada balón. Gales ganó el partido, Inglaterra el crédito. Gales venció a los puntos, pero Inglaterra dejó los golpes más letales. Ayer un pueblo doblegó a un imperio.

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