El St. Helens retuvo el título de la Copa Challenge ayer sábado, tras derrotar a su rival, el Catalans Dragons de Perpinyà, por el resultado de 30-8. Fue un día muy especial para el rugby británico porque el partido más importante de la Liga recuperaba el mítico escenario del estadio de Wembley tras ocho años de ausencia. El St. Helens había conseguido un balance de nueve victorias por una derrota. La derrota, el humillante 21-0 que le infringió el equipo catalán cuando se enfrentaron en Perpinyà, hace dos semanas.
Sin embargo, ayer a los británicos les costó encarrilar el partido a su favor. Incluso los árbitros tuvieron que estudiar a fondo el vídeo para decidir si un ensayo de los visitantes era o no válido, lo que detuvo el partido un par de minutos.Después transcurrió media hora con el marcador a cero hasta que en el minuto 33 los británicos rompieron la igualada por obra de Paul Clough, de Paul Wellens y en dos ocasiones de Ade Gardner, además de 5 ensayos de Sean Long, lo que les significaba asegurar una confortable victoria. Fue el undécimo triunfo del St. Helens en la Challenge Cup y la cuarta en los últimos seis años.
El equipo del norte de Catalunya no tuvo un buen día. En ningún momento pudieron utilizar el golpe moral favorable que traían de Perpinyà cuando dominaron con claridad meridiana su choque con los británicos. Después de un inicio en el que el juego fue igualado e incluso en algún momento parecía que los catalanes tomarían la iniciativa, el empuje británico acabó imponiéndose y brindaron un espléndido espectáculo a los 85.000 espectadores que se dieron cita en los míticos graderíos de Wembley. Al comienzo del encuentro la banda de Her Majesty's Royal Marines interpretó los himnos de los dos equipos, con lo que, naturalmente, 'Els Segadors' sonó en el mítico terreno de juego londinense. El equipo catalán de Perpinyà luciólos colores de la senyera en su camiseta. A última hora no asistió al partido la reina de Inglaterra, Isabel II, a pesar de que en el protocolo del encuentro estaba prevista su asistencia.
El equipo del norte de Catalunya no tuvo un buen día. En ningún momento pudieron utilizar el golpe moral favorable que traían de Perpinyà cuando dominaron con claridad meridiana su choque con los británicos. Después de un inicio en el que el juego fue igualado e incluso en algún momento parecía que los catalanes tomarían la iniciativa, el empuje británico acabó imponiéndose y brindaron un espléndido espectáculo a los 85.000 espectadores que se dieron cita en los míticos graderíos de Wembley. Al comienzo del encuentro la banda de Her Majesty's Royal Marines interpretó los himnos de los dos equipos, con lo que, naturalmente, 'Els Segadors' sonó en el mítico terreno de juego londinense. El equipo catalán de Perpinyà luciólos colores de la senyera en su camiseta. A última hora no asistió al partido la reina de Inglaterra, Isabel II, a pesar de que en el protocolo del encuentro estaba prevista su asistencia.
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